Uno de los poetas aragoneses más secretos,
enormes e inquebrantables. (Ángel Petisme)
NovedadEste manuscrito póstumo es un vibrante testamento de providencia y de pálpito, con doble vertiente de reconocida deuda: Beckett en un costado, Cioran en el otro. Ciertamente, Atado a la palabra (con una indispensable glosa previa: Libre de nada) alude a una verdad plenamente asumida por Antonio: él era consciente de la recia urdimbre que enlazó su corazón con la disciplina de la escritura, desde y para siempre. Tras leer estas páginas, me reafirmo en la certidumbre de que esta sujeción entre nuestro poeta y la palabra fue, sencillamente, maravillosa: jamás como el vil grillete con el que el carcelero aherroja a un reo, siempre como la sutil alianza que, con todo amor y voluntad, deviene esposa.
Gabriel Sopeña. |